Tras la enorme repercusión que
tuvieron los dichos de la joven sobre su padre Ricardo Biasotti, y su
dolor por el bullying, la actriz celebra la valentía de su heredera. Por
primera vez ambas accedieron a una entrevista y se desahogaron.
“Cada mañana cuando me levanto y la veo, me parece mentira que haya crecido tanto. Es madura, inteligente, ¡toda una mujer!”
El
estudio de televisión de Editorial Perfil está en silencio. A las tres
de la tarde sólo se escucha el flash del Director de Fotografía,
Federico De Bártolo, que inmortaliza la inconmensurable conexión entre
madre e hija. Arriba de la mesa reposa la tapa de Caras con la imagen de
Anna del Boca (18), bajo el título: “Renací del rechazo, el abuso y el
dolor”, en alusión al maltrato que recibió durante su infancia por parte
de su padre Ricardo Biasotti (59). Sentado, al lado de Andrea del Boca
(53) y de su heredera, está el autor de la tapa de Anna y Vicedirector
de la revista, Héctor Maugeri, quien ahora las entrevista por primera
vez juntas. Pero instantes antes de que el reportaje empiece, la actriz
le acomoda el cabello a Anna mientras ella mira la portada y se sonroja.
“¿Qué le generó verse?”, la interpela el periodista. “Es fuerte… no voy
a negar que me da un poco de vergüenza, pero las fotos me encantaron y
estoy muy contenta con el resultado”, responde la joven que a los 9 años
decidió no volver a ver a “su progenitor masculino” —como ella llama a
su padre— por no sentirse querida ni respetada por él. Y mientras Anna
habla, Andrea delata su orgullo con sus ojos brillosos. “¡Está hermosa!
Soy una mamá súper babosa. Cada mañana cuando me levanto y la veo, me
parece mentira que haya crecido tanto. Es madura, inteligente… ¡toda una
mujer!”, sentencia la actriz.
Entre
sonrisas y miradas cómplices, ambas se muestran relajadas, más allá de
las repercusiones que tuvieron las declaraciones de Anna sobre el
bullying que padeció en su infancia por parte de Biasotti y de
sus compañeros de colegio. “Estoy acostumbrada a que otros hablen de mi
familia…de chica escucho y respeto todas las opiniones. Y luego formo
mi propio parecer. Nadie cambiará mi pensamiento porque las cosas que
dije públicamente las viví en carne propia, no me las contaron. No hablo
de lo que no sé. Mamá siempre fue defensora de mi esencia. Ella siempre
promulgó mi libertad y me dijo que hablara con él, que lo llamara para
su cumpleaños, para el Día del Padre… Yo era la que no quería. La que no
sentía esa necesidad”, confiesa Anna luego de la entrevista que
compartió con su mamá. “Estoy muy tranquila. Ella sintió que era el
momento de contar su historia y siempre voy a apoyar sus decisiones. Sin
dudas, las palabras de Anna fueron su sanación”, completa Andrea sobre
las razones que llevaron a su heredera a distanciarse de su papá e
incluso pensar en tramitar el cambio de apellido. “Desde el minuto cero
que me enteré que estaba embarazada decidí respetar su vida y sus
elecciones. Siempre traté de que llevase los dos apellidos. Pero con
terapia entendí que no puedo ocupar lugares que no me corresponde porque
no somos dueños de nuestros hijos, ellos deciden solos. Siento que
Anna, a través de la entrevista que realizó en la revista, encontró su
propio renacer. Fue como empezar una nueva vida... una vida en libertad,
como ella dice. Es la única responsable de sus sentimientos y quiso
exponer su corazón a un medio que respeta, a través del vínculo que
siempre tuvo CARAS conmigo y con mi carrera. Tras la publicación fue
mucha emoción. Personalmente leí la nota en mi casa, en el living, cerca
de donde están las cenizas de mi padre. Creo que Nicolás estuvo y está con
nosotras, abrazándonos con su amor y su luz. Anna es un alma vieja, así
se define. Y por su valentía y sus palabras, lo demuestra
permanentemente. Estoy orgullosa de ella, la veo una mujer centrada, con
ganas de ser y comenzar una vida sin dolores”, expresó Andrea en la
Redacción Perfil.
“Las cosas que dije públicamente las viví en carne propia, no me las contaron. Mamá siempre promulgó mi libertad”.
Allí, madre e hija
conversaron distendidas y se emocionaron cuando Maugeri les pidió que
miraran a la cámara y cada una le dedicara unas palabras a la otra.
“Estoy feliz de ser tu mamá, agradezco a la vida y a Dios que me hayas
elegido. Me acuerdo cuando tenías dos años y me dijiste para el Día de
la Madre que vos me habías elegido en el cielo arriba de una nube, junto
a la virgen, viendo ‘Perla Negra’. Le dijiste: ‘virgencita yo quiero
nacer en esta panza’. Me pareció tan tierno que me digas eso ya que
conocías esa tira por lo que yo te contaba. Siento que nuestro vínculo
es profundo desde antes de que vos vinieras a mi panza... Hemos
recorrido un largo camino, muchacha, y todavía nos queda mucho más. Te
amo hija”, le dijo Andrea mientras Anna ya no pudo contener sus
lágrimas. “Verte me conmueve… nada más lindo que decir te amo y yo te
amo un montón, mamá. Siempre conmigo y siempre con vos... siempre juntas
como en todas las vidas con tu chaleco antibalas”, concluyó la joven
que sanó sus heridas y renació de la oscuridad a través de su propio
arcoíris.